FEBRERO 9: Beato Leopoldo de Alpandeire

Fray Leopoldo de Alpandeire 24 de junio de 1864, Alpandeire, Málaga – 9 de febrero de 1956, Granada. La mayor parte de su vida fue fraile limosnero por las calles de Granada, ciudad en la que era conocido por su generosidad hacia los necesitados y su disposición a ofrecerles consejo y comprensión.

La devoción a este fraile se ha extendido considerablemente en Andalucía y en el resto de España. Nació el 24 de junio de 1864 en la pequeña localidad de Alpandeire, pueblo situado en la comarca montañosa de la Serranía de Ronda, provincia de Málaga (España). Su verdadero nombre era Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez. Fue el mayor de cuatro hermanos, tres varones, uno de los cuales murió joven mientras realizaba el servicio militar en la guerra de Cuba, y una mujer.

La familia, aunque de condición modesta, poseía tierras dedicadas al cultivo de cereales y almendros, así como algún ganado caprino. Ellos mismos cultivaban el terreno y realizaban las faenas agrícolas, siendo este trabajo su actividad principal. Su instrucción escolar consistió únicamente en los estudios primarios que siguió en la escuela local sin mostrar capacidades especiales. Desde pequeño mostró inclinación hacia la religión; se sabe que a los diez años protagonizó un incidente que tuvo mucha repercusión entre sus convecinos: mientras se encontraba en el campo, al cuidado de un rebaño de cabras junto con otros niños, el cielo comenzó a nublarse amenazando tormenta. Surgieron varias ideas sobre la actitud que debían tomar. El futuro fray Leopoldo propuso refugiarse en una peña y rezar el rosario para solicitar la protección de la Virgen, mientras que otro de los pequeños no estaba de acuerdo y consideró preferible dirigirse hacia el pueblo lo antes posible, y así lo decidió.

Finalmente todos se encaminaron juntos hacia Alpandeire sin implorar la protección de la Virgen, pero la marcha se vio interrumpida por un rayo que fulminó al joven que había propuesto el apresurado retorno, resultando muerto. Es posible que este suceso del que se habló largamente, influyera en su futura decisión de hacerse fraile. Toda su infancia y juventud transcurrió en Alpandeire dedicado a faenas agrícolas, salvo el periodo de servicio militar (1887-1888), que realizó en el Regimiento de Infantería Pavía en Málaga. Decidió dedicarse a la vida religiosa después de haber oído predicar a dos capuchinos en la ciudad de Ronda Mála beatificación de Diego Joséádiz en 1894.

Tras varios intentos que resultaron fallidos, ingresó en 1899 en calidad de postulante en el convento que poseía la orden capuchina en Sevilla. En 1900 emitió sus votos y recibió como nombre religioso el de fray Leopoldo de Alpandeire. Tras destinos sucesivos en Antequera, Granada y de nuevo Sevilla, el 21 de febrero de 1914 fue trasladado definitivamente al convento de Granada, donde residió durante 42 años. Permaneció de forma ininterrumpida en esta ciudad entre 1914 y 1956. La mayor parte del tiempo desempeñó la función de fraile limosnero, lo cual le obligaba a recorrer la ciudad a pie y entrar en numerosas viviendas solicitando donativos. Poco a poco su figura fue haciéndose popular, de modo que numerosas personas solicitaban su consejo o intermediación, empezándose a conocerlo como «el humilde limosnero de las tres Ave Marías«, porque así eran las oraciones que dedicaba a quienes le pedían su bendición. Murió el 9 de febrero de 1956. Sus restos mortales descansan en la cripta de la iglesia de los Padres Capuchinos de Granada.