OCTAVO DÍA: “Usemos misericordia con nuestra casa común”

OCTAVO DIA
OCTUBRE 2
“Usemos misericordia con nuestra casa común”

Propuestas para este día

  1. Meditación y reflexión del mensaje del Papa para la jornada mundial de oración por el cuidado de la creación.
  2. Examen de conciencia y arrepentimiento por los pecados contra la naturaleza. Se puede utilizar el mensaje del Papa, el “antigénesis”.
  3. Celebración de un acto penitencial y jornada de confesiones por los pecados contra la naturaleza. Se puede utilizar el mensaje del Papa, el “antigénesis”.
  4. Motivar en las eucaristías el acto penitencial centrado en el arrepentimiento por la falta de misericordia con la creación. Se puede utilizar el mensaje del Papa, el “antigénesis”.
  5. Celebración de la bendición de animales y plantas “Celebración campesina” al que se le puede incluir al principio uno de los puntos anteriores.

 

Subsidios para la celebración de este día de la novena

 “Usemos misericordia con nuestra casa común”.  Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, 01.09.2016

Dia8Debe ser también un motivo de alegría que, en todo el mundo, iniciativas parecidas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos. Los Cristianos y los no cristianos, las personas de fe y de buena voluntad, hemos de estar unidos en el demostrar misericordia con nuestra casa común ―la tierra― y valorizar plenamente el mundo en el cual vivimos como lugar del compartir y de comunión.

  1. La tierra grita…

    Con este Mensaje, renuevo el diálogo con «toda persona que vive en este planeta» respecto a los sufrimientos que afligen a los pobres y la devastación del medio ambiente. Dios nos hizo el don de un jardín exuberante, pero lo estamos convirtiendo en una superficie contaminada de «escombros, desiertos y suciedad». No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. «Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho» .

    El planeta continúa a calentarse, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Esto provoca sequía, inundaciones, incendios y fenómenos meteorológicos extremos cada vez más graves. Los cambios climáticos contribuyen también a la dolorosa crisis de los emigrantes forzosos. Los pobres del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, son los más vulnerables y sufren ya los efectos.

    Como subraya la ecología integral, los seres humanos están profundamente unidos unos a otros y a la creación en su totalidad. Cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos. Al mismo tiempo, cada criatura tiene su propio valor intrínseco que debe ser respetado. Escuchemos «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres», y busquemos comprender atentamente cómo poder asegurar una respuesta adecuada y oportuna.

    1. …porque hemos pecado

      Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla  con respeto y equilibrio. Cultivarla «demasiado» ‒esto es abusando de ella de modo miope y egoísta‒, y guardarla poco es pecado.

      Con valentía, el querido Patriarca Bartolomé, repetidamente y proféticamente, ha puesto de manifiesto nuestros pecados contra la creación: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios» .

      Ante lo que está sucediendo en nuestra casa, que el Jubileo de la Misericordia pueda llamar de nuevo a los fieles cristianos «a una profunda conversión interior», sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia. En este Año Jubilar, aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar; y comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con el prójimo, con la creación y con el creador.

      1. Examen de conciencia y arrepentimiento

        Dia8.1El primer paso en este camino es siempre un examen de conciencia, que «implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos […] También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres».

        A este Padre lleno de misericordia y de bondad, que espera el regreso de cada uno de sus hijos, podemos dirigirnos reconociendo nuestros pecados contra la creación, los pobres y las futuras generaciones. «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación».  Este es el primer paso en el camino de la conversión.

        En el 2000, también un Año Jubilar, mi predecesor san Juan Pablo II invitó a los católicos a arrepentirse por la intolerancia religiosa pasada y presente, así como por las injusticias cometidas contra los hebreos, las mujeres, los pueblos indígenas, los inmigrantes, los pobres y los no nacidos. En este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, invito a cada uno a hacer lo mismo. Como personas acostumbradas a estilos de vida inducidos por una malentendida cultura del bienestar o por un «deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita», y como partícipes de un sistema que «ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza», arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestra casa común.

        Después de un serio examen de conciencia y llenos de arrepentimiento, podemos confesar nuestros pecados contra el Creador, contra la creación, contra nuestros hermanos y hermanas. «El Catecismo de la Iglesia Católica nos hace ver el confesionario como un lugar en el que la verdad nos hace libres para un encuentro».  Sabemos que «Dios es más grande que nuestro pecado», de todos los pecados, incluidos aquellos contra la creación. Allí confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo.

        1. Cambiar de ruta

          El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida. Y esto debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas (cf. Laudado si’, 211). No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo. Estas acciones «provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (ibíd., 212) y refuerzan «un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo» (ibíd., 222).

          Igualmente, el propósito de cambiar de vida debe atravesar el modo en el que contribuimos a construir la cultura y la sociedad de la cual formamos parte: «El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión». La economía y la política, la sociedad y la cultura, no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral. Por el contrario, estas deben ser urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la creación.

          Un caso concreto es el de la «deuda ecológica» entre el norte y el sur del mundo. Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financiaros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible.

          La protección de la casa común necesita un creciente consenso político. En este sentido, es motivo de satisfacción que en septiembre de 2015 los países del mundo hayan adoptado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y que, en diciembre de 2015, hayan aprobado el Acuerdo de París sobre los cambios climáticos, que marca el costoso, pero fundamental objetivo de frenar el aumento de la temperatura global. Ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice, es más, que se mire a objetivos cada vez más ambiciosos.

          Cambiar de ruta significa, por lo tanto, «respetar escrupulosamente el mandamiento originario de preservar la creación de todo mal, ya sea por nuestro bien o por el bien de los demás seres humanos».  Una pregunta puede ayudarnos a no perder de vista el objetivo: «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?».

          1. Una nueva obra de misericordia

            «Nada une más con Dios que un acto de misericordia, bien sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, o bien de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre».

            Parafraseando a Santiago, «la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. […] A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: por lo tanto, dejemos espacio a la fantasía de la caridad para encontrar nuevas modalidades de acción. De este modo la vía de la misericordia se hará cada vez más concreta».

            La vida cristiana incluye la práctica de las tradicionales obras de misericordia corporales y espirituales.  «Solemos pensar en las obras de misericordia de una en una, y en cuanto ligadas a una obra: hospitales para los enfermos, comedores para los que tienen hambre, hospederías para los que están en situación de calle, escuelas para los que tienen que educarse, el confesionario y la dirección espiritual para el que necesita consejo y perdón… Pero, si las miramos en conjunto, el mensaje es que el objeto de la misericordia es la vida humana misma y en su totalidad».

            Obviamente «la misma vida humana en su totalidad» incluye el cuidado de la casa común. Por lo tanto, me permito proponer un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común.

            Como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de «la contemplación agradecida del mundo» que «nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir». Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita «simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo […] y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor» .

            1. En conclusión, oremos

              A pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, no perdamos la esperanza: «El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado […] porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos» .El 1 de septiembre en particular, y después durante el resto del año, recemos:

              «Oh Dios de los pobres,
              ayúdanos a rescatar a los abandonados
              y a los olvidados de esta tierra
              que son tan valiosos a tus ojos. […]

              Dios de amor,
              muéstranos nuestro lugar en este mundo
              como instrumentos de tu cariño
              por todos los seres de esta tierra
              Dios de Misericordia, concédenos recibir tu perdón
              y de transmitir tu misericordia en toda nuestra casa común.
              Alabado seas.

              Amen.

              “ANTIGENESIS”

              … Al final de los tiempos existía la tierra, rica y hermosa.
              El hombre vivió en los campos y en las praderas con los árboles de la tierra.
              El hombre dijo:
              «Hagamos nuestras residencias en estos lugares tan bonitos»
              Y construyó, pues, ciudades de cemento armado y de acero. Y las praderas desaparecieron.
              El hombre vio que eso era bueno.

              El segundo día, el hombre contempló el agua de la tierra
              y dijo: «arrojemos nuestros desperdicios y basuras al agua
              para deshacernos de la suciedad»
              Y el hombre lo hizo así.
              Y las aguas poco a poco aparecieron sucios y con el olor fétido.
              Y el hombre vio que eso era bueno.

              El tercer día, el hombre se fijó en los bosques de la tierra.
              Y dijo: «cortemos los árboles para construir cosas
              y convirtámoslos en pasta para hacer diarios»
              Y lo hizo así los paisajes dejaron de ser verdes
              y los árboles dejaron de existir.
              Y el hombre vio que eso era bueno.

              El cuarto día, el hombre advirtió que había muchos animales
              y que las crías jugaban al sol y corrían por las praderas.
              Y el hombre dijo: «Pongamos estos animales en jaulas
              para divertirnos y juguemos a matarlos».
              Y así lo hizo.
              Y no hubo más animales sobre la capa de la tierra.
              Y el hombre vio que todo eso era bueno.

              El quinto día, el hombre respiró (agradablemente) el aire de la tierra.
              Y dijo: «lancemos al aire los gases de las fábricas y el viento los llevará».
              El aire se cargó de polvo y todas los criaturas vivas murieron asfixiadas o carbonizados.
              El hombre vio que eso era bueno.

              El sexto día, el hombre se fijó en sí mismo y,
              viendo la diversidad de lenguas y de idiomas de la tierra,
              tuvo miedo y se puso a quitarlos.
              Y dijo: «construyamos armas poderosas y destruyamos a los otros
              antes de que los otros nos destruyan».
              El hombre construyó extraños artefactos
              y la tierra terminó calcinada por las grandes guerras.
              Y el hombre vio que era bueno que ocurriera así.

              El séptimo día el hombre descansó de tanto trabajo hecho
              y lo tierra quedó tranquila.
              Porque el hombre no habitaba ya en la tierra.
              Y esto resultó bueno.

              Emilio L. Mazariegos
               

               

              CELEBRACION CAMPESINA

              BENDICIÓN DE ANIMALES Y PLANTAS

              Dia8.3

                CANTO DE ENTRADA.

              Presidente: En el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu santo

              1. Dios que es admirable en todas sus obras, esté con todos ustedes.

              ACTO PENITENCIAL “Usemos misericordia con nuestra casa común”.

              MONITOR 1:   Francisco manifestó el amor enamorado que sentía por todas las criaturas: “abraza todas las cosas con indefectible y afectuosa devoción y les habla del Señor y les exhorta a alabarlo. Deja que los candiles, las lámparas y las candelas se consuman por sí, no queriendo apagar con su mano la claridad que le era símbolo de la Palabra de Dios. Anda con respeto sobre las piedras por consideración al que se llama Piedra…A los hermanos que hacen leña prohíbe cortar del todo el árbol, para que le quede la posibilidad de echar brotes. Manda al hortelano que deje a la orilla del huerto franjas sin cultivar para que a su tiempo el verdor de las hierbas y la belleza de las flores pregonen la hermosura del Padre de todas las cosas. Manda que se destine una porción del huerto para cultivar plantas que den fragancia y flores para que recuerden a cuantos las ven la fragancia eterna. Recoge del camino los gusanillos para que no los pisoteen.” esta actitud de francisco pone de manifiesto la relación existente entre él mismo y la naturaleza, a la que considera como una obra de Dios.

              MONITOR 2: Bendigamos a Dios, que con su omnipotencia creo la tierra y con su providencia la enriquece, y la dio a los hombres para que la cultivasen y de ella sacaran los frutos con sustentar su vida.

              Al mismo tiempo que damos gracias por su generosidad, aprendamos también, según las palabras del evangelio, a buscar sobre todo el reino de Dios y su justicia, ya que entonces todo lo que necesitemos se nos dará por añadidura

              Escudemos ahora, hermanos la Palabra de Dios.

              DEL LIBRO DEL GÉNESIS. Gn 1, 1-31

               Al principio creo Dios el cielo y la tierra. Y Dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.”

              Así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevan semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: miren les entrego todas las hiervas que engendran semilla sobre la faz de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla les servían de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, y a todo ser que respira la hierba verde les servirá de alimento. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.

              PALABRA DE DIOS….

              SALMO RESPONSORIAL

              LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

               
              Altísimo, omnipotente, buen Señor:
              Tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición;
              A Ti solo, Altísimo, convienen
              y ningún hombre es digno de hacer de Ti mención.

              LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

              Loado seas, mi Señor, con todas tus creaturas,
              Especialmente por el señor hermano SOL
              el cual nos trae el día y por el cual nos iluminas,
              y es bello y radiante con gran esplendor
              de Ti Altísimo lleva significación.

              LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

              Loado seas mi Señor, por la hermana LUNA.                                
              Y las estrellas: en el cielo las has formado
              Claras, preciosas y bellas
              Loado seas mi Señor por el hermano VIENTO,
              Y por el AIRE, y el NUBLADO, y el SERENO,
              Y todo tiempo, por el cual a tus creaturas das el sustento.

              LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

              Loado seas, mi Señor, por la hermana AGUA,
              La cual es muy útil, y humilde y preciosa y casta.
              Loado seas, mi Señor, por el hermano FUEGO,
              Por el cual alumbras la noche y es bello y alegre,
              Robusto y fuerte.

              >LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

              Loado seas, mi Señor, Por nuestra
              Hermana la Madre TIERRA,
              La cual nos sostiene y gobierna,
              Y produce frutos diversos, con vistosas
              Flores y hierbas.
              Loado seas, mi Señor por los que perdonan por tu amor,
              Y soportan enfermedad y tribulación

              LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

              PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 6,25-34

              En aquel tiempo dijo Jesús a los discípulos: No se inquieten pensando que van a comer o a beber para subsistir, o con que vestirán su cuerpo ¿no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Fíjense en la aves del cielo; ni siembran ni cosechan ni guardan en graneros, y sin embargo el Padre celestial las alimenta ¿no valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quien de ustedes, por más que lo intenten pueden añadir una sola hora a su vida? ¿y por el vestido, por que se inquietan? Fíjense cómo crecen los lirios del campo; no se fatigan ni tejen y sin embargo les digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierva que hoy está en el campo y mañana se hecha al fuego Dios la viste así, ¿Qué no hará con ustedes, hombres de poca fe? Así que no se inquieten diciendo: ¿Con qué nos vestiremos? Esas son las cosas por las que se preocupan los paganos. Ya sabe el padre celestial lo que necesitan busquen primero el Reino de Dios y hacer su voluntad y todo les vendrá por añadidura. No se inquieten por el día de mañana, que el mañana les traerá su propia preocupación a cada día le basta su propio afán.

              PALABRA DEL SEÑOR.

               

              PRECES.

              Dios providente, Padre de todos, se preocupa amorosamente por sus hijos y los alimenta y protege bendiciendo la tierra y los animales para que den los frutos para el sustento del hombre. Invoquémoslo con espíritu filial, diciendo:

              TE ROGAMOS, ÓYENOS.

              Tú que nos enseñaste que somos ramas de aquel árbol que es Cristo, haz que permaneciendo en tu hijo demos fruto abundante.

              Tú que bendices la tierra y la enriqueces sin medida, haz que nuestros campos con tu bendición, produzcan el alimento que necesitamos.

              Tu que multiplicas el trigo con el cual nos das el pan nuestro de cada día y el alimento de la eucaristía, concédenos cosechas abundantes con la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra.

              Bendito seas, Señor, que creaste a los animales y los pusiste bajo nuestro dominio, para que nos ayudaran a nuestro trabajo.

              Benditos seas, Señor, que para rehacer nuestras fuerzas nos das como alimento la carne de los animales.

              Bendito seas, Señor, que para entretenimiento de tus hijos, nos das la compañía de los animales domésticos.

              RITO DE BENDICIÓN

              FRUTOS DE LA TIERRA

              Padre bueno, Dios Hermano, que ya en el principio del mundo
              Ordenaste en tu providencia
              Que la tierra germinara hierva verde
              Y produjera toda clase de frutos,
              Y proporcionas semilla para sembrar y pan para comer,
              Te pedimos que esta tierra, fecundada por tu bondad
              Y cultivada por el trabajo de hombres y mujeres,
              Rebose de frutos abundantes,
              Y tu pueblo, colmado de tus dones,
              Te alabe sin cesar ahora y siempre.

              Por J.N.S.
              ASPERSIÓN.

              ANIMALES

              Oh Dios, que todo lo hiciste con sabiduría,
              Y que, después de crear al hombre a tu imagen,
              Le diste, con tu bendición,
              El dominio sobre todos los animales,
              Te pedimos que por intercesión de
              SAN FRANCISCO DE ASIS
              Extiendas tu mano con benevolencia
              Y concédenos que estos animales nos sirvan de ayuda
              Y nosotros, tus servidores,
              Ayudados con los bienes presentes,
              Busquemos con más confianza los futuros

              Por J.N.S.
              ASPERSIÓN

              BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO
              El Señor esté con ustedes…..