Papa Francisco a los jóvenes: «No se dejen robar la alegría»

A su llegada a la Nunciatura Apostólica de Bogotá, el papa Franciscoofreció un discurso breve a los jovenes del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron, que lo esperaban en el lugar en el que pasará su primera noche en Colombia. 

«Gracias por el coraje. No se dejen robar la alegría, no se dejen robar la esperanza. Que nadie se las robe, que nadie los engañe», dijo el sumo pontífice.  El jerarca de la iglesia católica pidió un favor a los jovenes que lo escuharon: «¿Les puedo pedir un favor? Recen por mí».

Allí, el papa argentino fue testigo del talento de un grupo de jóvenes rehabilitados que conforman el grupo de ‘Rap Melodía’.

“Si por tu trasegar viajero te encuentras bajo un sol muy grande adornado de cumbias, arpas y tambores detén tu caminar, está es Colombia”, dice una de las estrofas que más de 200 jóvenes de Idipron entonaron para darle la bienvenida al papa Francisco.

Wilfredo Grajales, director del Idipron, afirmó que la visita del papa Francisco «es un punto de partida para comenzar algo nuevo. Es aquí donde nuestros jóvenes que aún tienen adversidades latententes en su vida, pueden llegar a ser agentes de cambio y ser mensajeros de paz»

“Con base en este compromiso y en favor de los más vulnerables, en el marco de su visita, el sumo pontífice desea hacer un reconocimiento a la población de mayor fragilidad social en el Distrito Capital. Estos muchachos esperan que Francisco deje un mensaje de esperanza y transformación en sus vidas”, dijo Grajales.

El papa Francisco se dio hoy su primer baño de multitudes en Colombiaen el recorrido de 15 kilómetros entre la base militar de Catam, en Bogotá, y la nunciatura apostólica, donde pernoctará las cuatro noches que esté en el país.

Nada más emprender el recorrido, Francisco saludó sonriente desde el papamóvil a los policías y demás miembros de los cuerpos de seguridad que estaban en la pista.

El vehículo blanco, precedido por decenas de policías en motocicletas, tomó luego la Avenida el Dorado, que comunica al aeropuerto con el centro de la ciudad, donde miles de personas lo saludaban con gritos, banderas y pañuelos blancos, y los más entusiastas corrían algunos metros detrás de la caravana para no perderse el momento.

En el comienzo del recorrido el obispo de Roma, siempre de pie, estuvo acompañado en el papamóvil por miembros del cuerpo de su seguridad y el cardenal Rubén Salazar, el nuncio apostólico Ettore Balestrero.

Francisco, siempre sonriente, no se cansó de saludar a la multitud y por momentos el recorrido se transformó en un maratón de fieles que trataban de seguir el paso de la caravana a pie o en bicicleta.

Solo los primeros metros del recorrido no tuvieron público porque luego el papamóvil pareció navegar en medio de la muchedumbre que no cesó de agitar pañuelos blancos, banderas de Colombia, del Vaticano, de Argentina, de Italia, de Venezuela o de Perú.

Hubo momentos difíciles porque la gente alcanzó a quedar muy cerca de la caravana, lo que hizo que esta tuviera que aminorar la velocidad.

En un momento del recorrido Francisco pidió cambiar del carril central de la avenida al de la derecha para estar más cerca de la gente que, en general, tuvo un comportamiento ejemplar porque pese a la multitud no hubo accidentes.
A su llegada a la Nunciatura Apostólica de Bogotá, el papa Franciscoofreció un discurso breve a los jovenes del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron, que lo esperaban en el lugar en el que pasará su primera noche en Colombia.

«Gracias por el coraje. No se dejen robar la alegría, no se dejen robar la esperanza. Que nadie se las robe, que nadie los engañe», dijo el sumo pontífice.  El jerarca de la iglesia católica pidió un favor a los jovenes que lo escuharon: «¿Les puedo pedir un favor? Recen por mí».

Allí, el papa argentino fue testigo del talento de un grupo de jóvenes rehabilitados que conforman el grupo de ‘Rap Melodía’.

“Si por tu trasegar viajero te encuentras bajo un sol muy grande adornado de cumbias, arpas y tambores detén tu caminar, está es Colombia”, dice una de las estrofas que más de 200 jóvenes de Idipron entonaron para darle la bienvenida al papa Francisco.

Wilfredo Grajales, director del Idipron, afirmó que la visita del papa Francisco «es un punto de partida para comenzar algo nuevo. Es aquí donde nuestros jóvenes que aún tienen adversidades latententes en su vida, pueden llegar a ser agentes de cambio y ser mensajeros de paz»

“Con base en este compromiso y en favor de los más vulnerables, en el marco de su visita, el sumo pontífice desea hacer un reconocimiento a la población de mayor fragilidad social en el Distrito Capital. Estos muchachos esperan que Francisco deje un mensaje de esperanza y transformación en sus vidas”, dijo Grajales. Además: El papa Francisco ya está en Colombia

El papa Francisco se dio hoy su primer baño de multitudes en Colombiaen el recorrido de 15 kilómetros entre la base militar de Catam, en Bogotá, y la nunciatura apostólica, donde pernoctará las cuatro noches que esté en el país.

Nada más emprender el recorrido, Francisco saludó sonriente desde el papamóvil a los policías y demás miembros de los cuerpos de seguridad que estaban en la pista.

El vehículo blanco, precedido por decenas de policías en motocicletas, tomó luego la Avenida el Dorado, que comunica al aeropuerto con el centro de la ciudad, donde miles de personas lo saludaban con gritos, banderas y pañuelos blancos, y los más entusiastas corrían algunos metros detrás de la caravana para no perderse el momento.

En el comienzo del recorrido el obispo de Roma, siempre de pie, estuvo acompañado en el papamóvil por miembros del cuerpo de su seguridad y el cardenal Rubén Salazar, el nuncio apostólico Ettore Balestrero.

Francisco, siempre sonriente, no se cansó de saludar a la multitud y por momentos el recorrido se transformó en un maratón de fieles que trataban de seguir el paso de la caravana a pie o en bicicleta.

Solo los primeros metros del recorrido no tuvieron público porque luego el papamóvil pareció navegar en medio de la muchedumbre que no cesó de agitar pañuelos blancos, banderas de Colombia, del Vaticano, de Argentina, de Italia, de Venezuela o de Perú.

Hubo momentos difíciles porque la gente alcanzó a quedar muy cerca de la caravana, lo que hizo que esta tuviera que aminorar la velocidad.

En un momento del recorrido Francisco pidió cambiar del carril central de la avenida al de la derecha para estar más cerca de la gente que, en general, tuvo un comportamiento ejemplar porque pese a la multitud no hubo accidentes.

Fuente: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/papa-francisco-los-jovenes-no-se-dejen-robar-la-alegria-articulo-711932