Carta del Papa Francisco
Carta del Papa Francisco
al Ministro General OFM Cap.
Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.
La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.
Uniéndonos a toda la Iglesia y a la propuesta dada por el Santo Padre el Papa Francisco, celebraremos el final del año de la vida consagrada.
APROBACIÓN DE LA REGLA DE SAN FRANCISCO. El 29 de noviembre de 1223, el papa Honorio III aprobó solemnemente la Regla definitiva de San Francisco. La conocemos como Regla bulada, porque el Papa la aprobó y confirmó con una bula; como Regla segunda, en relación con la Regla de 1221, que no obtuvo aprobación pontificia; o como Regla de 1223, por el año de su aprobación. Es la Regla que profesan y asumen los seguidores de san Francisco, todos los cuales se comprometen a seguir las huellas de Cristo y a vivir su Evangelio observando esa «forma de vida». San Francisco decía: «La Regla es el libro de la vida, esperanza de salvación, médula del Evangelio, camino de perfección, llave del paraíso, pacto de alianza eterna. Quería que la tuvieran todos, que la supieran todos y que en todas partes la meditaran» (2 Cel 208).
Navidad 2016
Queridos hermanos Capuchinos, ¡nuevamente es Navidad!
Muy estimados Padres Capuchinos, Fray Luis Eduardo Rubiano, Ministro Provincial en Colombia, Fray Rafael Gutiérrez, ecónomo Provincial, Fray Juan Guinar, Fray Rubén Darío Ortiz, Fray Julio Cesar Venegas; Fray Carlos Iván y Fray Alberto.
Muy queridos sacerdotes, estimadas religiosas, diáconos y seminaristas; Autoridades civiles, militares y de policía, querida comunidad de la Parroquia de san Judas Tadeo y comunidad en general.
El primer domingo de Adviento es el primer día del Nuevo Año Litúrgico para la Iglesia y en esta ocasión, en el Evangelio (Mateo 24,37-44), Jesús anima a los fieles a “estar siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y mantenerse en pie ante el Hijo del hombre”.